martes, 4 de enero de 2011

3º ANIVERSARIO - ¡UN REGALO PARA TI!

El otro día una persona joven me preguntó que sentía al ser viejo. Me sorprendió mucho, ya que no me considero viejo. Hacerse viejo, he decidido, es mi regalo.
Yo soy ahora, probablemente por primera vez en mi vida, la persona que siempre quise ser.
Algunas veces me extraño de mi cuerpo. Las arrugas, las ojeras y la calvicie… y a menudo me sorprendo de la persona vieja que asoma en mi espejo. Pero no me preocupo de estas cosas por mucho tiempo… No cambiaría mis sorprendentes amigos ni mi maravillosa vida, por menos canas y un cuerpo musculoso. Al envejecer, me he vuelto amable conmigo y menos crítico de mí.
Me he convertido en mi mejor amigo. No me engaño por comer esa galleta extra, o por no hacer mi cama, o por comprar ese juego de jardín que no necesitaba.
Estoy en mi derecho en ser un poco desordenado, extravagante y oler las flores…
He visto a muchos amigos irse de este mundo muy pronto, antes de que entendieran la libertad que viene con hacerse viejo.
¿A quién le interesa si escojo leer o jugar en la computadora hasta las 3 de la madrugada y después dormir hasta quien sabe qué hora?
Bailaré conmigo a esos maravillosos acordes de los 50´s y 60´s y si deseo en ese momento llorar por algún amor perdido… ¡lo haré!
Caminaré por la playa en mi short de baño… a pesar de las miradas de compasión de los que usan lo más sexy… Ellos también se harán viejos (si tienen suerte).
Sé que algunas veces soy olvidadizo. Pero me acuerdo de las cosas importantes. A través de los años mi corazón se ha roto. ¿Cómo no puede romperse el corazón cuando pierdes a alguien querido, o cuando sufre un niño o cuando muere tu mascota…? Pero el corazón roto es lo que nos da la fuerza, entendimiento y compasión. Un corazón que nunca se ha roto, nunca sabrá de la felicidad de ser imperfecto.
Soy bendito por haber vivido lo suficiente para que mis cabellos se vuelvan grises… y conservar mi sonrisa de juventud. Tantos no se ha reído, y tantos han muerto antes de que sus cabellos se volvieran plateados.
Puedo decir “NO” y querer decirlo. Puedo decir “SI” y querer decirlo. Cuando vas envejeciendo es más fácil ser positivo. Te preocupas menos de lo que las otras personas pueden pensar.
Hasta me ganado el derecho de estar equivocado y me gusta ser viejo porque ¡¡¡Me ha dado libertad!!! Me gusta ser la persona en la que me he convertido. No voy a vivir para siempre… pero mientras estaré aquí, no perderé tiempo en lamentar lo que pudo ser, o preocuparme de lo que será.
Comeré postre todos los días… (Si así lo deseo…) Amaré sencillamente… Amaré generosamente… Hablaré amablemente… Y el resto se lo he dejado a Dios.
¡Qué bello es contemplar las flores y aspirar su fragancia en los ratos de nuestra vejez! ¡Qué bellas son las mariposas que vuelan de flor en flor!
Queridos amigos: disfruten sus años de vida y no sufran por haber perdido la juventud. Vivan y amen. Tienen un gran valor para Dios, ¡y para mí también! ¡¡¡Sonrían cada mañana porque Dios se ha despertado antes y ha colgado el sol en sus ventanas!!!

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