Lo que me preocupa no es que me hayas mentido, sino que, de ahora en adelante, ya no podré creer en ti.
El individuo ha luchado siempre para no ser absorbido por la tribu. Si lo intentas, a menudo estarás solo, y a veces asustado. Pero ningún precio es demasiado alto por el privilegio de ser uno mismo.
El destino de los hombres está hecho de momentos felices, toda la vida los tiene, pero no de épocas felices.
La esperanza es el peor de los males, pues prolonga el tormento del hombre.
Todo lo que se hace por amor, se hace más allá del bien y del mal.
Aquel que tiene un porqué para vivir se puede enfrentar a todos los "cómos".
Sin música la vida sería un error.
La palabra más soez y la carta más grosera son mejores, son más educadas que el silencio.
Los que más han amado al hombre le han hecho siempre el máximo daño. Han exigido de él lo imposible, como todos los amantes.
Ser independiente es cosa de una pequeña minoría, es el privilegio de los fuertes.
Tener fe significa no querer saber la verdad.
No hay razón para buscar el sufrimiento, pero si éste llega y trata de meterse en tu vida, no temas; míralo a la cara y con la frente bien levantada.
El amor y el odio no son ciegos, sino que están cegados por el fuego que llevan dentro.
En el amor siempre hay algo de locura, mas en la locura siempre hay algo de razón.
La mentira más común es aquella con la que un hombre se engaña a sí mismo. Engañar a los demás es un defecto relativamente vano.
¿Es el hombre sólo un fallo de Dios, o Dios sólo un fallo del hombre?.
Solamente aquel que construye el futuro tiene derecho a juzgar el pasado.
El hombre, en su orgullo, creó a Dios a su imagen y semejanza.
La madurez del hombre es haber vuelto a encontrar la seriedad con la que jugaba cuando era niño.
Todo el que disfruta cree que lo que importa del árbol es el fruto, cuando en realidad es la semilla. He aquí la diferencia entre los que creen y los que disfrutan.
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